El Diego sin la gente

Maradona es Maradona a donde vaya. Menos en Tucumán, mítico lugar en el que podrían fracasar los Rolling y Messi haciendo banco. Anoche no fue la excepción: apenas 2 mil personas se llegaron hasta La Ciudadela para ver al 10, en una nueva función de su circo itinerante denominado Showbol. Está clarísimo que la culpa del fracaso no fue el más grande de todos los tiempos, sino de los que se encargan de la organización de los espectáculos en nuestro Tucson querido. ¡Marche una tonelada de realidad para nuestros empresarios!

Resulta que en muchos lugares de latinoamerica, en donde ya se puso de moda mucho antes que aquí el pavimento y el celular, todo ser humano que arriesga 1 peso se deja "meter la mano en los bolsillos" por alguna consultora que le marca los pasos, después de un estudio de mercado. Ahí está, por amarretear, otra vez mearon afuera del tarro.

¿A quién se le ocurre cobrar 50 pesos la entrada más barata, a días de fin de año, para ver al astro en un estadio que queda a trasmano y que es incómodo, incluso, para los fanáticos de San Martín que lo llenan todos los fines de semana? Esto pasa cuando nos volvemos unos berretas. Y aquí hay para hacer dulce. Diego, gracias por la magia.

Destacado: el reparto de acreditaciones dejó a muchos afuera (incluído yo) y otros agolpados en las puertas del estadio mendigando un poco de amor. Ja, pensaron que iban a necesitar espacio en las tribunas.

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